miércoles, 29 de mayo de 2013

"Volver a Jesús, el Cristo"



Multitudinaria conferencia de José Antonio Pagola

Multitudinaria conferencia del teólogo vasco en el Colegio Mayor Chaminade

Pagola: "Creo que Francisco será el último jefe de Estado del Vaticano"

"Es hora de que el pueblo sencillo se apodere del Evangelio"

Jesús Bastante, 29 de mayo de 2013 a las 10:14
(Jesús Bastante).- A reventar. Así estaba anoche la capilla del Colegio Mayor Chaminade. Más de 600 personas abarrotaban el recinto para asistir a la conferencia que, organizada por PPC, impartió José Antonio Pagola. Sentados, de pie, en el suelo, fueron multitud quienes no quisieron perderse el llamamiento del teólogo vasco a "Volver a Jesús, el Cristo". Y Pagola no defraudó: "Es hora de que el pueblo sencillo reclama a la jerarquía el Evangelio, que se apodere de él". Una tarea para la que el Papa parece estar dispuesto: "Creo que Francisco será el último jefe de Estado del Vaticano", profetizó.
Arrancó el teólogo con el relato de una realidad, la de la Iglesia actual, netamente pesimista. Y real. Una Iglesia "con actitudes de nerviosismo y miedo, de autodefensa, que ve al mundo como un adversario, que hace de la condena y la denuncia todo un programa pastoral". Una institución marcada por el restauracionismo, la pasividad generalizada, sin actitudes de renovación, con el pecado de la autorreferencialidad a flor de piel. "Hay gente muy comprometida, perola masa de los 1.200 millones de católicos viven en la sumisión, la obediencia y el silencio, en medio de una religión de autoridad, y no de llamada". Donde "el pesimismo ha crecido".
Frente a ello, Pagola invocó la necesidad, la urgencia, de retornar a jesús. "No sólo una reforma religiosa, sin una conversión al Espíritu de Jesús. No sólo adhesión doctrinal, sino seguimiento. No sólo cambios, sino actualización de la experiencia fundante", reclamó el teólogo ante el aplauso de la multitud congregada.
Y que tiene que llegar del pueblo, pues "la jerarquía, hoy, no puede liderar una conversión a Jesús". "Debemos volver a lo que es la fuente y origen de la Iglesia. Dejar que el Dios encarnado en Jesús sea nuestro único Dios".  Para Pagola, "hay que reformar la Curia, claro que sí, y cambiar la doctrina, pero antes hay que volver a Jesús.Invocar un clima más humilde, más gozoso, porque si no seremos cada vez una institución más decadente, más sectaria, más rara, más triste, más alejada de lo que quiso Jesús".
Jesús. Un proyecto, casi una obsesión, una necesidad imperiosa. "Es tarde. Hemos dejado morir la Cena del Señor porque la Iglesia no se ha planteado en serio por qué se va la gente", proclamó Pagola, quien denunció que más allá de la crisis vocacional o el sacerdocio para la mujer, es preciso retornar a entender a Jesús "no como un Padre o como un Rey, sino fundamentalmente como lo que fue: un Profeta".
En este punto, el teólogo -que citó constantemente a Francisco: "Antes no me atrevería a decir algunas cosas, pero es que el Papa las está diciendo cada mañana en las misas en Santa Marta"-, llamó a "reconocer nuestro pecado como Iglesia, y cargar con él.Cuestionar nuestras falsas seguridades, la santidad de la Iglesia, porque santificamos todo y no vemos las vigas que hay dentro de nuestra Iglesia".
Y es que "si la Iglesia no escucha los clamores de los pobres, será sorda. Y luego se hará sordomuda y no será capaz de anunciar la Buena Noticia", añadió el teólogo vasco, quien propuso algunas tareas urgentes. En primer lugar, "reavivar el espíritu profético del movimiento de Jesús. No nos podemos resignar a vivir una religión cristiana sin profecía".
En segundo término, "una presencia más activa, indignada y actualizada". Una renovación en la que "la Iglesia no es lo más importante, si no el Reino". "Esta renovación no puede venir sólo desde el Vaticano. Ha llegado el momento de recordar que el Cristianismo no es una religión más, es una religión profética, para construir un mundo más justo, más solidario, más sano".
Y, en tercer lugar, "recuperar urgentemente la compasión. Pues ser compasivos es la única manera de seguir a Jesús y parecernos al Padre", añadió. "La Iglesia cristiana ha perdido la capacidad de atraer a la gente, porque no ha tomado en serio el sufrimiento de los inocentes".
"¿Hemos de seguir buscando caminos desde una Iglesia que cada vez tiene menos poder de atracción, o debemos recuperar el Evangelio de Jesús como única fuerza para transmitir y engendrar la fe?", se preguntó Pagola. La respuesta, clara: "Hoy, el Evangelio se encuentra atrapado en el interior de una Iglesia en crisis", por lo que "hay que recuperar el protagonismo del Evangelio".
Y hacerlo entre todos. "La gente debe reclamar a la jerarquía el Evangelio. El pueblo sencillo debe apoderarse del Evangelio", pues "Jesús es mucho más actual que los sermones que os damos los curas. Dios no está en crisis, ni está bloqueado. Jesús no ha dado todo lo mejor que tiene".
Este es el futuro de la Iglesia, un futuro "apasionante" tras la designación del nuevo Papa. "Francisco está abriendo un tiempo nuevo. Un nuevo estilo de Iglesia sencilla, pobre, humilde, cercana y dalogante, que se preocupa de la felicidad del ser humano". En este trance, "el Papa debe encontrar en nosotros un apoyo total. Si él promueve el cambio desde arriba, nosotros debemos promover el Reino desde abajo", concluyó, entre una rotunda ovación.

tomado de www.religiondigital.com

domingo, 26 de mayo de 2013

Fiesta de la Santísima Trinidad





Domingo  26 de mayo de 2013
Texto completo de la alocución del Papa en italiano, antes del rezo mariano del Ángelus.

No es algo vago y abstracto, Dios es amor.


Queridos hermanos y hermanas! ¡Buenos días!

Esta mañana hice mi primera visita a una parroquia de la diócesis de Roma. Doy gracias al Señor y les pido que oren por mi servicio pastoral a esta Iglesia de Roma, que tiene la misión de presidir en la caridad universal.

Hoy es Domingo de la Santísima Trinidad. La luz del tiempo pascual y de Pentecostés renueva cada año en nosotros la alegría y el asombro de la fe: reconocemos que Dios no es algo vago, nuestro Dios no es un Dios spray, es concreto, no es abstracto, sino que tiene un nombre: "Dios es amor". No es un amor sentimental, emocional, sino el amor del Padre, que es la fuente de toda la vida, el amor del Hijo que muere en la cruz y resucita, el amor del Espíritu, que renueva al hombre y al mundo.
Y pensar que Dios es amor, nos hace bien, porque nos enseña a amar, a entregarnos a los demás como Jesús mismo se dio por nosotros y camina con nosotros. Y Jesús camina con nosotros en el camino de la vida.

La Santísima Trinidad no es el producto de razonamientos humanos, es el rostro con el que Dios se ha revelado a sí mismo, no desde lo alto de un trono, sino caminando con la humanidad. Es Jesús quien nos ha revelado al Padre y quien nos ha prometido el Espíritu Santo. Dios ha caminado con su pueblo en la historia del pueblo de Israel y Jesús caminó siempre con nosotros y nos prometió el Espíritu Santo, que es fuego, que nos enseña todo lo que no sabemos, que nos guía en nuestro interior, que nos da buenas ideas y buenas inspiraciones.
Hoy alabamos a Dios, no por un misterio particular, sino por Sí mismo, "por su inmensa gloria", como dice el himno litúrgico. Lo alabamos y le damos las gracias porque Él es Amor, y porque nos llama a entrar en el abrazo de su comunión, que es la vida eterna.

Encomendemos nuestra alabanza a las manos de la Virgen María. Ella, la más humilde de las criaturas, gracias a Cristo ya ha alcanzado la meta de la peregrinación en la tierra: ya está en la gloria de la Trinidad. Por esto María, nuestra Madre, la Virgen, resplandece por nosotros como signo seguro de esperanza. Es la madre de la esperanza, en nuestro camino, en nuestra vida es la madre de la esperanza, es la madre la que nos consuela también, la madre de la consolación y la madre que nos acompaña en el viaje. Ahora recemos a la Virgen todos juntos, nuestra madre, que nos acompaña en el camino.

viernes, 24 de mayo de 2013

El verdadero poder de la Iglesia


El verdadero poder de la Iglesia es el servicio y para un cristiano progresar significa abajarse: Francisco en Santa Marta



(RV).- Para un cristiano, progresar significa abajarse como hizo Jesús. Lo señaló Francisco en la Misa esta mañana en la Casa de Santa Marta. El Papa también reiteró que el verdadero poder está en el servicio y que no debe existir la lucha por el poder dentro de la Iglesia. A la Misa, concelebrada por el director de programas de Radio Vaticano, el padre Andrzej Koprowski, participaron un grupo de compañeros de nuestra emisora y empleados de la Oficina de peregrinos y turistas del Gobernatorato del Vaticano.

El Papa sacó a colación el episodio narrado en el Evangelio de hoy, cuando Jesús habla de su Pasión a sus discípulos y, éstos en cambio, discuten sobre quién es el mejor entre ellos. "La lucha por el poder en la Iglesia - observó el Santo Padre- no es algo de nuestros días, comenzó ya en tiempos de Jesús" que, "con su ejemplo nos enseñó el poder del servicio".

"El verdadero poder es el servicio. Cómo lo hizo Él, que no vino para ser servido, sino para servir, y su servicio ha sido el servicio de la Cruz. Él se humilló hasta la muerte, la muerte en la Cruz, por nosotros, para servirnos a nosotros, para salvarnos. Y no hay otro camino en la Iglesia para seguir adelante. Para el cristiano, ir adelante, progresar significa abajarse. Si no aprendemos esta regla cristiana, nunca, nunca seremos capaces de entender el verdadero mensaje de Jesús sobre el poder".

El Papa en su homilía recordó que San Ignacio de Loyola en los Ejercicios Espirituales, solicitaba al Señor Crucificado "la gracia de la humillación". Esto, ha reiterado el Papa es "el verdadero poder del servicio de la Iglesia." Este es el verdadero camino de Jesús, la verdadera promoción, y no la mundana:

"El camino del Señor es Su servicio: igual que Él hizo Su servicio, nosotros tenemos que ir tras él, en el camino del servicio. Este es el verdadero poder de la Iglesia. Quisiera hoy rezar por todos nosotros, para que el Señor nos dé la gracia de comprender que el verdadero poder en la Iglesia es el servicio. Y también para comprender la regla de oro que Jesús nos enseñó con Su ejemplo: para un cristiano, progresar, avanzar significa abajarse, ser menor. Pidamos esta gracia".
ER - RV


Radio Vaticana